6 de agosto de 2012

Marilyn sin Norma


Ayer se cumplieron 50 años de la muerte de Marilyn Monroe. Mirando fotos de su juventud, leyendo artículos rescatados de hace años, lamentos de su puño y letra en forma de poemas y datos de su biografía, veo que sí se han cumplido cincuenta años de la muerte de Marilyn, pero me pregunto cuántos años llevaba muerta entonces Norma Jean Baker...
Marilyn nunca ha sido de mis actrices favoritas. Quiero decir que jamás sentí fanatismo por ella, pero supongo que esto es de lo más normal puesto que nunca he sido fan de nadie. Creo que ya lo he mencionado antes aquí en el blog en algún post anterior, pero no comprendo el fanatismo por otra persona, sea cual sea su profesión, porque al final todos somos personas, no dioses, y hacemos nuestro trabajo y nuestros quehaceres lo mejor que podemos. Sí a la admiración, claro, y es mucha la que siento por determinados artistas y también por personas de a pie, que viven en la misma capa del planeta que pisamos la mayoría. No salen en las noticias ni en las revistas, pero cuántos vecinos y compañeros de trabajo y amigos hay mucho más dignos de admiración que cualquier princesa o actor multimillonario, ¿verdad?

En Marilyn precisamente, al ser su desdicha intermitente del dominio público, a muchos les fue sencillo descubrir a una vecina, compañera o amiga como los que decía, porque por muy rubia y brillante que fuera su melena, y muy rojos sus labios, y perfectos sus sensuales andares, todos sabían (y sabemos) que sólo fue una estrella de cine, no una mujer con estrella. Norma Jean Baker fue una niña y adolescente desdichada, dada en adopción en varias ocasiones, pasó de vivir con su madre a familias adoptivas, de nuevo con su madre, con una amiga de su madre, familia adoptiva, una tía, etc... Sin casa, ni familia, ni rumbo. Sufrió abusos sexuales por parte de los maridos y los hijos de sus supuestas cuidadoras; sin raíces, ni seguridad, ni amor. No es de extrañar que durante el resto de su vida, ya como adulta, sólo deseara sentirse querida, y que todo lo demás le importara bien poco, incluyendo la fama, el dinero y el prestigio que alcanzó como actriz.


Y lo más triste es que nunca lo consiguió. Harta de sentirse vacía y sola desde niña, intentó conseguir su objetivo de ser amada, convirtiéndose en otra persona: Marilyn Monroe. Con el tiempo llegó a detestar su "pelo rubio tan falso y decolorado"; no se sentía ella misma con aquellas prendas tan provocativas y ajustadas; "odiaba"- según sus palabras- firmar fotos a los fans escribiendo "con cariño, Marilyn", cuando ni siquiera los conocía. Representaba un personaje las 24 horas del día, ella era Norma Jean, pero al mirarse al espejo no encontraba su reflejo, sino el de otra mujer que unos cuantos habían inventado y que respondía a un nombre "vulgar y estúpido" muy distinto del suyo.

Ahora, tras leer atentamente sobre su vida, entiendo de dónde viene la atracción que siempre he sentido hacia ella a pesar de no ser de mis actrices favoritas, como dije antes; supongo que como todos, nadie ha escapado a su magnetismo. Su sufrimiento traspasó la pantalla y también la sonrisa permanente de cada una de esas fotos que se nos han mostrado. "Propaganda" como ella decía, sólo propaganda. Ese sufrimiento de una mujer perdida que soñaba con ser actriz de teatro interpretando a Lady Macbeth y con llegar a casa y encontrar un marido que la quisiera como Norma Jean y no como Marilyn, toca nuestros corazones cuando vemos en la televisión una de sus películas o noticias sobre el aniversario de su muerte. No es raro, todos nos hemos sentido vacíos alguna vez (o muchas veces), perdidos, desalentados, y hemos deseado que alguien extendiera su mano para sacarnos de ese pozo. Imagino que tras una infancia tan terrible, llegar a estar en la cúspide del mundo, rodeada siempre de gente, tener todo el dinero y todas las posibilidades del mundo, y estar realmente sola... debe ser insoportablemente triste. Y aunque Marilyn fue una estrella y Norma no tuvo estrella, creo que siempre supo como brillar, porque ese brillo natural no era otra cosa que tanto amor que tenía para dar.


Cuando uno está lleno de amor, resplandece; los ojos, la piel y la sonrisa brillan. Como estoy sola, no puedo brindar con nadie, que es lo que haría ahora; pero imaginariamente lo hago con quien lea estas líneas (espero que no creáis que estoy majareta): Por el amor en todas sus expresiones, y las personas que luchan cada día por dar amor y sentirse amados.

Feliz lunes.


P.D: Sólo por diversión, os dejo unas cuantas imágenes más de Norma y de Marilyn.

Marilyn siendo Marilyn.

Con su chihuahua Choo Choo.




Norma Jean.

Norma Jean camino de Marilyn.

Haciendo yoga.

Un año antes de morir.



De niña.

De rojo.





Fotos via Laura.

2 comentarios:

  1. A lo largo de la vida y muerte de Marilyn su vida ha estado expuesta al publico y ahora con una operacion de marketing perfectamente orquestada dá mas beneficios casi que cuando estaba viva. Bien para que no caiga en el olvido, pero que pena tanto perseguir la felicidad para terminar su vida tan joven y sin conseguirlo.
    Bonito articulo sobre todo por su faceta humana.
    Remuas

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    Respuestas
    1. Si, pobrecilla. Desear sentirse querida la llevó a perder su identidad y también a perderse en el camino de intentar conseguirlo.
      Gracias por el comentario :) Besitos

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