23 de octubre de 2013

Oh! Ya estoy


Esta semana está siendo rara, a veces melancólica, agotadora, pero también excitante porque tengo una noticia muy chula.

Teo se recupero de su catarro, y me puse a preparar este viaje en el que estoy metida ahora mismo. Ando por Barcelona, alguna reunión y un trastero que dejamos lleno con parte de nuestra vida me esperaban desde hacía semanas, y no podía dejarlo más. Tras vender o regalar algunas de nuestras pertenencias más útiles y deshacernos de cosas que no hemos echado de menos durante estos meses, es fascinante pararme a observar cómo se pueden reducir doce años de una vida a quince cajas. Extraño. Anoche, me veía a mí misma, ahí de pie, mirando fijamente los paquetes envueltos en papel craft, rememorando mis años de universidad, noches sin parar de bailar con amigos, peleas de novios, paseos bajo la lluvia torrencial de esta ciudad, subidas y caídas con sus lágrimas correspondientes de alegría o pena, descubriendo rincones tras años viviendo aquí, dejar de ser una niña, comprometiéndome con Juan, convirtiéndome en madre, un Teo muy bebé boca arriba sobre la alfombra aporreando muñequitos colgantes con sus pequeñas manitas regordetas, charlas con nuestros vecinos que nos convirtieron en familia casi sin darnos cuenta, un accidente de coche en el que bajó una estrella del cielo para que no pasara nada, viajes sorpresa, decenas de perritos calientes sobre una mesa en el segundo cumpleaños de Teo, confidencias con la mejor amiga que se puede tener, despedidas, cerrando una puerta blanca y dando la vuelta a la cerradura por última vez...

Eso y más, al parecer, cabe en quince cajas.

Bueno, ya están en camino hacia nuestra nueva vida, veremos qué suman allí. Mientras, sigo intentado hacer cosas chulas y que me apasionen o, al menos, me diviertan (aunque no hay nada que me apasione ni me divierta más que jugar con Teo y hacerle reír sin parar).

El blog creo que está feliz con este nuevo aire en su look, después de dos semanas en pause por falta de tiempo para escribir. Volver al trabajo con un nuevo peinado siempre se siente más agradable : ) Todo empezó porque me di cuenta de que el Teo que tengo revoloteando a mi alrededor poco tiene que ver con ese pequeñín que fisgoneaba desde la cabecera de este espacio así que, pensando en que tendría que rediseñarla cada dos días aproximadamente para mantenerla actualizada -teniendo en cuenta el ritmo al que crece- decidí modificarla y mostrar su evolución en las fotos que tomo de él a diario y que comparto aquí y aquí

Tras la cabecera, no supe parar. Me entró un ataque de feng-shui y lo minimalicé aún más. La verdad es que me aburro estéticamente con cierta frecuencia, y siempre ando cambiando o, mejor dicho, añadiendo o quitando detalles en la decoración de nuestra casa, en mi armario, o en el blog. Nota: también ando en una crisis absoluta de falta de belleza en mi pelo, pero esto os lo cuento en otro post, me temo que es largo.

Me da pena no verlo encima de estas líneas. Pero luego levanto la vista y me sorprende con uno de sus momentos estelares. En este vídeo que grabé el domingo pone de manifiesto que está más que preparado para mi cumple, dentro de unas pocas semanas. Otra nota: por la mañana, Juan y él habían salido al mercado y, al volver, Teo cargaba un ramo de flores para mi. Su cabecita se hizo a la idea de que si me traían flores era por mi cumpleaños, ya que en el de Juan, unos meses atrás, le hice cargar con un girasol de casi un metro para dárselo a papi. 



Vuelvo ahora mismo con otro post con esas novedades que estoy deseando compartir. Hasta ahora!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...